Carta de Jezreel No. 4
Apreciado santo guardador del sábado, recordado por Dios: Debido a que la hora así lo ordena, estamos saludándolo por su título nacido del cielo en lugar de su nombre terrenal....
El juicio de los vivientes
Estimados hermanos:
Por medio de la presente, sabrán que estamos pensando en ustedes y que verdaderamente intentamos terminar lo que el Señor ahora ha empezado en este estado. Pronto verán que no obstante cuan malamente los enemigos de la Verdad tratan de mantenerlos en tinieblas en cuanto a lo que está aconteciendo, pero el Señor no les permitirá. Él no los dejará ignorantes de la proximidad del juicio de los vivos, “la purificación de la iglesia,” –Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, pp. 75, 76. Si le permiten, Él los iluminará en cuanto a ello aún más de lo que ha iluminado a su pueblo sobre el juicio de los muertos. Deci-mos aún más porque la última obra es de mayor importancia que la anterior. No hay comparación en importancia entre las dos. Esto es así porque la postrera tiene que ver con los mis-mos que llevan el mensaje y no con los que han ido antes de ellos. Puesto que estamos en constante contacto con los cuar-teles generales de Dios, somos capaces de darles información de primera mano, y no de rumores, con respecto a las cosas de las cuales necesitan información verdadera e inteligencia con-creta. Por lo tanto, es un gran privilegio y placer hacer una respuesta detallada a la hermandad ministerial sobre las obje-ciones generales en contra del mensaje adicional (Primeros Escritos, p. 277), el mensaje de la hora.