Si los davidianos piensan que ellos tienen un mensaje, ¿por qué no están contentos de ir en su camino y dejar a otros que tomen el suyo? ¿Por qué deben ellos agitar su mensaje en nuestra iglesia?
Rastreando la historia de la iglesia por las edades, encontramos que si todos hubieran tomado la misma posición del inquiridor, el avance de la verdad nunca hubiera alcanzado a la iglesia en cualquier período. Si los mensajeros de Dios en los diferentes tiempos hubieran fallado en agitar su mensaje en sus propias iglesias, ¿cómo, entonces, los varios mensajes de reforma habrían alcanzado al pueblo? ¿No está Dios más interesado en ellos que en los paganos? Juan el Bautista, Jesús y los apóstoles, todos sacrificaron sus vidas para llevar su mensaje a su propia iglesia. ¿Por qué, entonces, no debieran los davidianos hacer lo mismo?
“La persecución se ensañó entonces en ellos con furor [Wiclef, Hus, Lutero, Tyndale, Baxter, Wesley], Pero no dejaron de proclamar la verdad. Diferentes períodos de la historia de la iglesia fueron señalados por el desarrollo de alguna verdad especial adaptada a las necesidades del pueblo de Dios en aquel tiempo. Cada nueva verdad se abrió paso entre el odio y la oposición; los que fueron favorecidos con su luz se vieron tentados y probados. El Señor envía al pueblo una verdad especial para la situación en que se encuentra. ¿Quién se atreverá a publicarla? Él manda a sus siervos que dirijan al mundo el último llamamiento de la misericordia divina. No pueden callar sin peligro de sus almas.” –El Conflicto de los Siglos, p. 667.
Por consiguiente no nos atrevemos a rehusar publicar la verdad davidiana especial para la iglesia de hoy día.